Francisco Trancón Pérez
Antes de analizar las publicaciones de
carácter educativo de Manuel Panero, describo sumariamente algunos aspectos relacionados con el profesorado de aquella época.
El movimiento
pedagógico de los docentes de la provincia de Zamora durante la segunda mitad
del siglo XIX, al igual que en otros lugares (León y Vitoria) que he tenido la
oportunidad de investigar, habría sido importante. Aunque carezco de datos
relevantes que puedan avalar tal
afirmación, pienso que se repetirían algunos de estos indicadores:
creación de asociaciones profesionales del magisterio provincial, publicación
de revistas, asistencia del profesorado a cursos estivales de formación
pedagógica, establecimiento de un montepío para garantizar la jubilación de los
docentes, etc.
No pretendo –con estas
reflexiones- encubrir las lamentables circunstancias en la que se desarrollaba la vida de algunos docentes sometidos a privaciones económicas, a
ejercer la docencia en aulas deprimentes, a sufrir el abandono asistencial de
ayuntamientos y diputaciones provinciales, sino indicar que a pesar de todas
las carencias observadas, el magisterio de aquella época mostró su buen hacer
con profesionalidad y creó un movimiento
comunitario de ayuda profesional y personal.
Manuel Panero nació en Moraleja del Vino (Zamora) el 22 de
diciembre de 1831. Desarrolló una
meritoria carrera profesional en el
ámbito de la educación en primera instancia como maestro de enseñanza primaria,
ascendiendo posteriormente a ser regente (director) de la Escuela Normal de
Maestros de Zamora. Fue inspector de primera enseñanza en Zamora, Lugo, La
Coruña y Toledo, finalizando sus tareas docentes como maestro de la Escuela Modelo Municipal
de Madrid. Cargo al que accedió no sin
polémica, debido a la impugnación que
hizo de su plaza Calixto Pascual Barreda aspirante a la misma. Este destino
implicaba un sueldo anual de 2.500 pesetas (superior al que cobraba como
inspector de primera enseñanza)
Es autor de estas
obras relacionadas con temas educativos:
De entre la bibliografía del autor voy a centrarme en el Programa de Instrucción Primaria elemental ampliada
Este libro se encuadra dentro de los manuales escolares utilizados en
el aula como “enciclopedia escolar”, atribución que no es arbitraria, sino que
viene refrendada por estas características.
Inclusión de materias curriculares no compartimentadas como asignaturas
independientes, sino globalizados en un solo libro.
Desarrollo didáctico centrado en el memorismo, dotando de unidad a cada
lección, procurando que a cada una de ellas no les falte nada esencial.
a) Economía para los padres al
adoptar un solo libro. El Reglamento General de Escuelas de Primeras Letras
(1825) y la posterior Ley de 21 de junio de 1838, con relación a los libros que
puede utilizar el alumnado, señalan como aconsejables-entre otros- estos : Catecismo
de Fleuri; Religión de Pinton, Aritmética
de las Escuelas de San Ildefonso, Gramática y Ortografía de Herranz,
Caligrafía de Torío de la Riva; Historia de España de Fulbe, etc. Son
muchos libros y no están al alcance de todas las economías.
b) Claridad en los niños al utilizar un libro único con un lenguaje
uniforme sencillo y adaptado.
c) Guía práctica para el profesorado, ya que desarrollan el contenido
de los programas escolares, con orientaciones didácticas.
Este listado curricular se adapta a las normas prescritas por las disposiciones legislativas antes
citadas en los años correspondientes a 1825 y 1838
En cuanto a los contenidos, el
autor sostiene que son más extensos que lo indicado por la ley (aspecto contemplado en el título del
manual).
En este sentido hay que
concretar que las escuelas de un solo
maestro se dividían en elementales completas
cuando se impartía Religión, Moral, Lectura, Escritura, Aritmética (cuatro
reglas de contar con números abstractos), Gramática y Ortografía. En el caso de
que no se pudieran impartir todas estas materias, la escuela se denominará
incompleta.
La escuela primaria superior, además del currículo indicado en las escuelas completas, amplía los contenidos en aritmética, geometría,
incluyen Dibujo lineal, nociones de
física e historia natural y elementos de geografía e historia de España.
En este tratado de Manuel Panero se observa que efectuó una adaptación
bastante aproximada dirigida a escuelas primaria superiores.
Aunque en las disposiciones generales se incluye la práctica de la
caligrafía y la normas de urbanidad, no aparecen
en este libro que estamos comentando.
En la metodología utilizada se observan estas características:
Cada materia viene precedida por un dibujo alusivo a la asignatura, hecho a
plumilla en blanco y negro (son las únicas ilustraciones)
La redacción se hace en estilo catequético: a) Pregunta (letra
redonda); Respuesta (letra cursiva en negrita). A veces utiliza un preámbulo
aclaratorio cuando el contenido es complejo.
Los escolares deben de aprender de memoria las respuestas.
Graduación de los contenidos en ocho secciones (grupos de alumnos) en
las asignaturas de Gramática, Aritmética y geometría, en el resto no.
En aritmética y geometría se
efectúan ejercicios prácticos de problemas
concernientes a cada materia.
Sugiere al profesorado que proponga actividades de refuerzo o ampliación
que estime conveniente para sus escolares
Prioridad de la ortografía sobre la sintaxis.
Aunque de edición modesta el Programa de Instrucción primaria elemental ampliada cumplió una función básica para la transmisión y ayuda a los escolares,
dotándoles de un valioso instrumento pedagógico.
Existen ciertos paralelismos entre el Programa de Panero y el manual
escolar escrito por Ricardo Díaz Rueda La Escuela de Instrucción Primaria
(Valladolid, imprenta Cuesta, 1844)
Ambos son libros de ayuda escolar, aunque el de Díaz Rueda los
contenidos son más amplios y elaborados, incluyendo retórica, poética,
caligrafía y ortología. No son áreas específicas independientes, sino
ampliación de la asignatura clásica de Lenguaje.
Situar al magisterio zamorano dentro de la vanguardia pedagógica de la
escuela pública de enseñanza primaria a
partir de la segunda mitad del siglo XIX, es un hecho- aunque no verificado en
profundidad- por falta de documentación.
Cito algunos profesionales de la
enseñanza de Zamora que desarrollaron temas significativos en el ámbito
educativo:
Agapito Hernández Marcos regente de la Normal de Maestros de
Zamora) publicó una Aritmética para uso de los niños, subrayando que era especialmente
aplicada a las niñas. Editada por la imprenta del Boletín Oficial de Zamora
(1875)
Casto de la Rúa Ruiz (nació en Pozoantiguo, 1846) autor del libro El
crisol de la educación infantil, declarada obra de texto para las
escuelas (Real Orden de 9/11/1889)
Pedro Gazapo Cerezo (nació en Zamora, 1862).Fue director de la Escuela
Normal Superior de Maestras.
Pablo Montesino Cáceres nació en Fuente el Carnero (1781-1849). Es el primer director de la Escuela Normal de
Maestros de España. Escribió Manual para las escuelas de párvulos.
Claudio Moyano Samaniego (se sitúa su lugar de nacimiento en Fuente la
Peña o Bóveda de Toro) (1809-1890). Fue ministro de Fomento, promulgó la Ley de
Instrucción Pública (22 de julio de 1857), denominada Ley Moyano que
ordenó el sistema educativo hasta 1970, cuando fue aprobada la Ley General de
Educación.
Falta en esta lista dar a conocer y rescatar del olvido a
maestras y maestros de Zamora y su provincia cuya obra merece ser divulgada.
Fotografías del manual escolar