(Francisco
Trancón Pérez, Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, Inspector de
Enseñanza)
Señalamos algunos de los más significativos de
aquella época.
Reglas de urbanidad y buena que convienes
saber a todo hombre para saber vivir en sociedad
Ezequiel
Solana. Editorial El Magisterio Español. Madrid, 1924
Antecedentes
al contenido de este libro lo podemos observar en el libro de Sabatier “El amigo de los niños” (1892)
El maestro Ezequiel Solana,
prolífico escritor, nos dice en el prólogo de este libro que “a tal punto llega
la importancia de la buena urbanidad que no pocas veces se confunde con la
buena educación”.
Entiende que a todo el
mundo interesa la buena urbanidad, en cuanto puede hacer la vida agradable y
placentera.
Estima
que es una obra necesaria en la educación escolar sobre todo “tratándose de las
escuelas de niñas revisten una importancia mucho mayor, y ha de considerarse su
enseñanza como imprescindible”.
El índice del libro
registra estos capítulos:
Capítulo
|
Tema
|
I
|
Urbanidad
y su importancia
|
II
|
El
aseo y la urbanidad
|
III
|
De
los vestidos
|
IV
|
Actitudes
y maneras
|
V
|
Del
saludo
|
VI
|
Comidas
y banquetes
|
VII
|
Del
trato social
|
VIII
|
De
las visitas
|
IX
|
De
las conversaciones
|
X
|
Correspondencia
epistolar
|
XI
|
De
los viajes
|
XII
|
Bautizos,
bodas y entierros
|
XIII
|
De
la casa o vivienda
|
XIV
|
La
modestia en el vivir
|
XV
|
Deberes
recíprocos en sociedad
|
La estructura de cada capítulo es la siguiente:
Ø Contenido de aspectos a
tratar (título de cada capítulo)
Ø Cuestionario sobre el
contenido escrito
Ø Fábula relacionada con el
contenido
Ø Vocabulario de las palabras difíciles o poco conocidas.
Ø Apartado especial dedicado
a los niños.
Comentario
sobre algunos aspectos
Las joyas.
Una joven debe llevar pocas o ninguna joya. El
anular de su mano izquierda debe reservarlo exclusivamente para el anillo de
boda.
Entiende
el autor que el gusto de una persona se revela más en la utilización de las
joyas que en el traje, si ha de
llevarlas deben ser buenas, artísticas y usadas sin ostentaciones.
El
diseño para el hombre elegante es el siguiente: un anillo de boda o de recuerdo
de familia; un alfiler de corbata artístico y valioso y una hermosa botonadura
en los puños y pechera.
Algunas reglas con relación al saludo.
Para saludar, el hombre
debe juntar rápidamente el talón izquierdo al derecho e inclinarse; la mujer
debe saludar graciosamente, inclinando el busto y doblando un poco las piernas,
para enderezar el cuello y adelantar el pecho.
El
superior es quien debe tender la mano al inferior; éste la debe estrechar
afectuosamente a fin de mostrar el placer y el honor recibido.
El
hombre es quien ofrece la mano a una mujer , en el caso de encontrarla en la
calle o en otro lugar, a menos que ésta no tenga superioridad por sus años o su
jerarquía social.
Una
joven sola o acompañada, no debe detenerse en la calle a hablar con un hombre,
salvo cuando éste sea muy conocido dentro del ámbito familiar.
La
amabilidad en el trato
El autor critica a las
personas que “son finas y amables en ciertas ocasiones, pero que se creen
dispensadas del trato en otras”.
Aconseja que las
personas deben “mostrarse atentas con
todo el mundo, esto es prueba de buena educación y de abrigar humanos y
delicados sentimientos”
Estima que tratar a las personas de
inferior condición social con mucha ceremonia y seriedad acusa altanería,
arrogancia y, en ocasiones, un vicio de educación, cuando no un carácter
vulgar.
Este
proceder da origen a antipatías y resentimientos con sus funestas
consecuencias.
No
obstante, recomienda que a los inferiores no debe tratárseles con demasiada
familiaridad, absteniéndose de hacerles confidencias, guardando una respetable
distancia, apoya este argumento con el
proverbio de que “no hay grande hombre para su ayuda de cámara”.
Observaciones con relación a las
tarjetas de visita
Transcribimos, por su
singularidad, los mensajes que se podían
transmitir a través de un código
estricto sobre el uso de las tarjetas.
“Una
tarjeta doblada por el ángulo superior izquierdo indica despedida; doblado el
ángulo superior derecho, visita; doblado el ángulo inferior derecho,
felicitación; doblado el ángulo inferior derecho, pésame; doblados los dos
ángulos superiores, comida; doblados los dos ángulos inferiores, baile;
doblados los dos ángulos de la izquierda, boda; doblados los ángulos de la
derecha, entierro; doblada la margen izquierda, recomendación; doblada la
margen derecha, excusa.
La
tarjeta de luto riguroso, es negra; la de medio luto solo es negra la orla; la
de alivio de luto lleva negro un filete estrecho o el ángulo superior
izquierdo.”
URBANIDAD
PARA NIÑAS
Este libro es un tratado de urbanidad escrito por
Pilar Pascual de San Juan (Barcelona, 1927). El destinatario son las niñas,
aunque profundizando en el contenido se advierte que las más beneficiadas de su
lectura son las jóvenes de una escala social bastante acomodada.
La razón de estas observaciones las
confirmamos leyendo el capítulo dedicado a las “Visitas”. Aquí se
recomienda , refiriéndose a la utilización de tarjetas de visita, que “Toda
persona que tiene algunas relaciones con la sociedad, debe proveerse de ellas
”. Aunque más adelante, matizando este asunto, indica que el “tarjeteo”
solamente está admitido entre la aristocracia y la clase media, pues sirven
únicamente las tarjetas para quienes tienen criadas con quién mandarlas.
Otro apunte interesante, relacionado
con el anterior, es que alude a las reuniones en las cuales “Es preciso suspender
toda conversación al momento en que alguien se prepare a leer en voz alta, o
recitar, cantar o tocar el piano u otro cualquier instrumento”.
El libro está dividido en catorce
capítulos y un resumen.
Describe un amplio vademécum de
normas, recomendaciones que debe observar la mujer desde su más tierna infancia
hasta el matrimonio.
Estas observaciones suponen un amplio campo de
actuaciones: el culto divino, la escuela, la limpieza, deberes para con los
padres, los superiores, los iguales, los inferiores, urbanidad en la mesa, en
las visitas, la correspondencia, etc.
La autora entiende que la urbanidad es “Un
conjunto de reglas que debemos ajustar a nuestras acciones para hacer amable
nuestro trato con la sociedad”.
Indica que la cortesía es más perfecta y esmerada
que la urbanidad y el buen tono. Éste lo define como una cortesía convencional
sujeta al capricho de la moda.
Sin agotar la temática del libro nos vamos a
detener brevemente en “El comportamiento de la niña en la escuela” y “En
los deberes para con los padres”.
La niña, al iniciar la jornada, “Debe saludar a
los directores y profesores, ocupar su lugar, sentarse con modestia, permanecer
callada y ejercitar con esmero sus labores y demás trabajos, llevando bien
estudiadas las lecciones”
En las relaciones con los propone, entre otras,
estas pautas: “El saludo a los padres se debe hacer al verse por primera vez
cada mañana, al despedirse para salir de casa, al regresar a ella, después de
la comida y al acostarse por la noche; debe imprimir en su mano un respetuoso
beso”.
El trato a los padres entre tú o usted, no estaba muy definido, aunque la
autora indica que se va imponiendo la costumbre de titear a los padres, ya que
el pronombre “tú” es más cariñoso, sin que ello suponga, de parte de los
menores, falta de atención y de respeto”.
La niña no debe replicar a sus padres cuando le
manden alguna cosa, ni excusarse de hacerlo por ningún motivo.
No debe resaltar los paternales defectos “Antes
disimularlos y con graciosa indulgencia, como esas plantas trepadoras que
cubren con flores y follaje la ruda corteza del árbol en que se apoyan”.
El libro, obviamente, refleja la tendencia de aquella época en
modas, costumbres, ideología, que pretenden definir el ideal de una mujer
instruida, que para la autora, acompañados de bondad y el talento “Forman un conjunto bellísimo y
sublime, que Dios mira con agrado y la sociedad ama, admira y respeta.”
CARTILLA MODERNA DE
URBANIDAD. Editorial FTD, Barcelona 1932.
La singularidad de esta cartilla,
está precisamente en las ilustraciones, que son de dos tipos: representación
general de una escena (grabado) e
historietas ilustradas (normalmente cuatro por cada página). Los dibujos van en
color negro y rojo.
El índice es el siguiente.
Capítulo
|
Tema
|
I
|
De
la buena educación
|
II
|
Del
acto de levantarse y del aseo
|
III
|
La
educación en la calle
|
IV
|
En
el colegio
|
V
|
En
la mesa
|
VI
|
En
el juego
|
VII
|
En
el paseo
|
VIII
|
En
las visitas
|
IX
|
En
los viajes
|
X
|
En
el templo
|
XI
|
De
la piedad
|
XII
|
De
la caridad
|
XIII
|
De
la docilidad
|
XIV
|
De
la laboriosidad
|
XV
|
De
la modestia
|
El libro va dirigido a las niñas y
presenta algunas semejanzas en cuanto a los temas abordados por el de Ezequiel
Solana.
La
estructura del libro observa la siguiente metodología:
Ø Título del capítulo
Ø Preguntas y respuestas
acerca del contenido del capítulo
Ø Comentario ilustrativo (
en forma anécdotas, historia, narración, cuento, etc.)
Ø Viñetas ilustrativas y
narrativas relativas al contenido del capítulo.
Algunos
ejemplos sobre los diálogos iniciales de cada capítulo.
Capítulo
IV, en el colegio.
1. ¿Qué hace la niña bien
educada al llegar al colegio?.
Va a saludar cariñosamente y con pocas palabras a
la señora maestra.
2. ¿ Cómo se porta en cuanto
se da la señal de ir a clase?.
Suspende el juego y la conversación, y se encamina
al aula en la forma que está mandado.
3. ¿Cuál es la mayor
obligación de la discípula?
Respetar y obedecer a la maestra.
4. ¿Qué postura guarda en
clase la niña bien educada?.
Ordinariamente está sentada sin cruzar las piernas
o alargarlas desmesuradamente.
Finaliza el libro con unos pareados de Francisco
Martínez de la Rosa, bajo el título “ Espejo de la niña”.
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