jueves, 1 de octubre de 2020

La obra pedagógica de Manuel Panero Martínez: docente zamorano (1867)

 

Francisco Trancón Pérez

 (Trabajo publicado en el dominical del 31/1/2021, de la OPINIÓN-EL CORREO de Zamora)

 Antes de analizar las publicaciones de carácter educativo de Manuel Panero, describo sumariamente  algunos aspectos relacionados con  el profesorado de aquella época.

El movimiento pedagógico de los docentes de la provincia de Zamora durante la segunda mitad del siglo XIX, al igual que en otros lugares (León y Vitoria) que he tenido la oportunidad de investigar, habría sido importante. Aunque carezco de datos relevantes que puedan avalar tal  afirmación, pienso que se repetirían algunos de estos indicadores: creación de asociaciones profesionales del magisterio provincial, publicación de revistas, asistencia del profesorado a cursos estivales de formación pedagógica, establecimiento de un montepío para garantizar la jubilación de los docentes, etc.

No pretendo –con estas reflexiones- encubrir las lamentables circunstancias  en la que se desarrollaba la vida de algunos  docentes sometidos a privaciones económicas, a ejercer la docencia en aulas deprimentes, a sufrir el abandono asistencial de ayuntamientos y diputaciones provinciales, sino indicar que a pesar de todas las carencias observadas, el magisterio de aquella época mostró su buen hacer con profesionalidad y  creó un movimiento comunitario de ayuda profesional y personal.

Manuel Panero  nació en Moraleja del Vino (Zamora) el 22 de diciembre de 1831.  Desarrolló una meritoria carrera  profesional en el ámbito de la educación en primera instancia como maestro de enseñanza primaria, ascendiendo posteriormente a ser regente (director) de la Escuela Normal de Maestros de Zamora. Fue inspector de primera enseñanza en Zamora, Lugo, La Coruña y Toledo, finalizando sus tareas docentes  como maestro de la Escuela Modelo Municipal de Madrid. Cargo al que accedió no  sin polémica, debido a la impugnación  que hizo de su plaza Calixto Pascual Barreda aspirante a la misma. Este destino implicaba un sueldo anual de 2.500 pesetas (superior al que cobraba como inspector de primera enseñanza)

Es autor de estas obras relacionadas con temas educativos:

  Programa  de Instrucción primaria elemental ampliada. (Imprenta Nicanor Fernández, Zamora ,1867 (343 páginas)

 Tablas de equivalencias métricas de las pesas y medidas de Zamora reducidas a las métrico-decimales. Imprenta de  Nicanor Fernández. Zamora, (1868)  (147 páginas).

 El corazón de la infancia (máximas morales en la escuela). Obra premiada en la exposición Regional de León (1876)

 Guía de Maestros (no he logrado referencias sobre esta obra). Existe un libro publicado con el mismo título por Pedro González Arias (Asturias, 1865). El contenido es una relación completa del profesorado de primera enseñanza (maestras y maestros), figurando la plaza de destino de cada uno ellos y el sueldo anual. Importante documento, si siguiera esas pautas el escrito por Manuel Panero.

 

 

De entre la bibliografía del autor voy a  centrarme en el Programa de Instrucción Primaria elemental ampliada

 

Este libro se encuadra dentro de los manuales escolares utilizados en el aula como “enciclopedia escolar”, atribución que no es arbitraria, sino que viene refrendada por estas características.

Inclusión de materias curriculares no compartimentadas como asignaturas independientes, sino globalizados en un solo libro.

Desarrollo didáctico centrado en el memorismo, dotando de unidad a cada lección, procurando que a cada una de ellas no les falte nada esencial.

 El autor identifica su libro  como “programa”, no como “enciclopedia”, ya que en esa época apenas estaba popularizada y no se contemplaba en la legislación escolar vigente.

 Justifica la utilización de este libro escolar, basándose en tres aspectos:

 a) Economía para los padres al adoptar un solo libro. El Reglamento General de Escuelas de Primeras Letras (1825) y la posterior Ley de 21 de junio de 1838, con relación a los libros que puede utilizar el alumnado, señalan como aconsejables-entre otros- estos : Catecismo de Fleuri; Religión de Pinton, Aritmética  de las Escuelas de San Ildefonso, Gramática y Ortografía de Herranz, Caligrafía de Torío de la Riva; Historia de España de Fulbe, etc. Son muchos libros y no están al alcance de todas las economías.

b) Claridad en los niños al utilizar un libro único con un lenguaje uniforme sencillo y adaptado.

c) Guía práctica para el profesorado, ya que desarrollan el contenido de los programas escolares, con orientaciones didácticas.

 Concluye en la presentación de este libro que ha sido experimentado durante catorce años con éxito en diversas escuelas.

 Análisis metodológico del manual escolar.

 El libro abarca las siguientes materias expuestas en este orden: Historia Sagrada; Religión; Gramática (ortografía y sintaxis); Aritmética; Geometría; Geografía y Agricultura.

Este listado curricular se adapta a las normas prescritas  por las disposiciones legislativas antes citadas en los años correspondientes a 1825 y 1838

 En cuanto a los contenidos, el autor sostiene que son más extensos que lo indicado por la  ley (aspecto contemplado en el título del manual).

 En este sentido hay que concretar que las escuelas  de un solo maestro se dividían en  elementales completas cuando se impartía Religión, Moral, Lectura, Escritura, Aritmética (cuatro reglas de contar con números abstractos), Gramática y Ortografía. En el caso de que no se pudieran impartir todas estas materias, la escuela se denominará incompleta.

La escuela primaria superior, además del currículo indicado en las  escuelas completas, amplía  los contenidos en aritmética, geometría, incluyen Dibujo lineal,  nociones de física e historia natural y elementos de geografía e historia de España.

En este tratado de Manuel Panero se observa que efectuó una adaptación bastante aproximada dirigida a escuelas primaria superiores.

Aunque en las disposiciones generales se incluye la práctica de la caligrafía y la  normas de urbanidad, no aparecen en este libro que estamos comentando.

En la metodología utilizada se observan estas características:

Cada materia viene precedida por  un dibujo alusivo a la asignatura, hecho a plumilla en blanco y negro (son las únicas ilustraciones)

La redacción se hace en estilo catequético: a) Pregunta (letra redonda); Respuesta (letra cursiva en negrita). A veces utiliza un preámbulo aclaratorio cuando el contenido es complejo.

Los escolares deben de aprender de memoria las respuestas.

Graduación de los contenidos en ocho secciones (grupos de alumnos) en las asignaturas de Gramática, Aritmética y geometría, en el resto no.

 En aritmética y geometría se efectúan ejercicios prácticos de problemas  concernientes a cada materia.

Sugiere al  profesorado que  proponga actividades de refuerzo o ampliación que estime conveniente para sus escolares

Prioridad de la ortografía sobre la sintaxis.

 Conclusiones.

 Este manual es un tratado simplificado de lo que posteriormente se convertiría en una enciclopedia. Constituyendo posiblemente el primer manual escolar de estas características editado en Zamora. Debió de ser una novedad este medio didáctico que popularizó el dicho de “he estudiado por el Panero”, como hicieran posteriores generaciones con la utilización de la enciclopedia Álvarez (obra de otro zamorano).

Aunque de edición modesta  el Programa  de Instrucción primaria elemental ampliada cumplió una función básica para la transmisión y ayuda a los escolares, dotándoles de un valioso instrumento pedagógico.

Existen ciertos paralelismos entre el Programa de Panero y el manual escolar escrito por Ricardo Díaz Rueda La Escuela de Instrucción Primaria (Valladolid, imprenta Cuesta, 1844)

Ambos son libros de ayuda escolar, aunque el de Díaz Rueda los contenidos son más amplios y elaborados, incluyendo retórica, poética, caligrafía y ortología. No son áreas específicas independientes, sino ampliación de la asignatura clásica de Lenguaje.

 

Situar al magisterio zamorano dentro de la vanguardia pedagógica de la escuela pública de enseñanza primaria  a partir de la segunda mitad del siglo XIX, es un hecho- aunque no verificado en profundidad- por falta de documentación.

 Cito algunos profesionales de la enseñanza de Zamora que desarrollaron temas significativos en el ámbito educativo:

 Agapito Hernández Marcos  regente de la Normal de Maestros de Zamora)  publicó una Aritmética para uso de los niños, subrayando que era especialmente aplicada a las niñas. Editada por la imprenta del Boletín Oficial de Zamora (1875)

Casto de la Rúa Ruiz (nació en Pozoantiguo, 1846) autor del libro El crisol de la educación infantil, declarada obra de texto para las escuelas (Real Orden de 9/11/1889)

Pedro Gazapo Cerezo (nació en Zamora, 1862).Fue director de la Escuela Normal Superior de Maestras.

Pablo Montesino Cáceres nació en Fuente el Carnero (1781-1849). Es  el primer director de la Escuela Normal de Maestros de España. Escribió Manual para las escuelas de párvulos.        

Claudio Moyano Samaniego (se sitúa su lugar de nacimiento en Fuente la Peña o Bóveda de Toro) (1809-1890). Fue ministro de Fomento, promulgó la Ley de Instrucción Pública (22 de julio de 1857), denominada Ley Moyano que ordenó el sistema educativo hasta 1970, cuando fue aprobada la Ley General de Educación.

Falta en esta  lista  dar a conocer y rescatar del olvido a maestras y maestros de Zamora y su provincia cuya obra merece ser divulgada.

 

Fotografías del manual escolar