sábado, 24 de diciembre de 2016

LA FUNDACION SIERRA PAMBLEY 01 (León)

D. Francisco Fernández  Blanco de Sierra Pambley  (D. Paco) y su Fundación

Biografía

Nace en Villablino (León, 24/4/1827), fallece en Madrid, 26/01/1915)

Realiza estudios secundarios en el seminario   mayor de Astorga, cursó la carrera de derecho en  la universidad de Valladolid, finalizando la licenciatura en la universidad central en Madrid.
En su estancia en Madrid entra en contacto con Gumersindo Azcárate, Sanz del Río, Cossío, etc. Personas vinculadas a ILE, con los que D. Paco se integrará plenamente y serán figuras claves en el diseño, asesoramiento y control de la futura institución benéfico docente que creará posteriormente.

La biografía de D. Paco ha sido divulgada en numerosas ocasiones, pero en todas ellas se comentan aspectos parecidos con distintas palabras.
Nada nuevo-aparte de lo escrito- se puede añadir. Su vida personal familiar, sus ilusiones, sus escritos (si es que los realizó), su visión de la vida, al margen de lo que nos han querido contar, no nos consta. Acercarse a esta persona en otras dimensiones menos formales, más domésticas, sería interesante.
El biógrafo más cercano a él creo que ha sido Pablo de Azcárate (1890-1971). E n la revista  Papeles de Son Armadans (1964)  publica  un artículo sobre la Fundación Sierra Pambley. Señalo algunos aspectos, que a mi juicio-son significativos.

De su familia indica que eran  tres hermanos. Pedro, el más joven falleció en Hospital de Órbigo de una caía de un caballo. Su hermana Victorina, una mujer que protagonizó una curiosa vida sentimental. Estuvo prometida a su tío D. Segundo, pero ella por motivos –pienso que por  la edad u otros- decidió dejar a su tío y casarse con José Posada Herrero (dedicado a la política). Este hecho produjo unos efectos negativos en su novio desairado, creando en él un carácter misógino, cerrado y poco comunicativo,  propiciando un distanciamiento familiar.
D.  Paco ya no puede contar con sus hermanos. Huérfano a los 20 años crece al cuidado de su tío, que influirá  en muchos aspectos de su carácter.
“Era D. Paco- escribe Pablo de Azcárate- de pequeña estatura, de pulcritud extrema, austero hasta la exageración, de una sobriedad a toda prueba  y de un carácter en el que se combinaban de manera perfecta y armónica la familiaridad y el señorío, sin caer jamás en ella ni en la vulgaridad ni en el orgullo”
Sigue profundizando en su personalidad “era liberal, abierto a la innovación, pero respeto ciego al pasado, a sus ancestros, apegado a lo rutinario”
Esta dicotomía  apertura a lo nuevo y apegado a lo antiguo, desconcierta a sus allegados. No tenía calefacción en su casa y sus amigos cuando se reunían con él, sobre todo Azcárate, se quejaban del frío y reclamaba que pusiera calefacción.
La fijación por la normas y cultura del pasado le llevaban de forma rigurosa a comportamientos realmente curiosos. Nunca se montó en automóviles, cuando en su época ya se habían popularizado. Los largos desplazamientos de Madrid a Villablino, León, Moreruela, etc. los realizaba en carruajes de caballos. Si tenía que subir a un cuarto piso lo hacía prescindiendo del ascensor.
Controlaba personalmente  sus rebaños (calculan que tendría  unas dos mil ovejas), siguiendo el itinerario de trashumancia, desde los pastos de montaña de Villablino hasta las dehesas de Moreruela. El periplo se iniciaba en la primavera, época del esquileo, trasladándose a Moreruela. Se instalaba en una habitación  de la casa del montaraz, descrita  como “más austera y desnuda que la celda de un cartujo y allí  pasaba cuatro semanas”. No sé si el símil espartano será rigurosamente acertado, pero el edificio, aún se conserva parte de la estructura, era amplio, de piedra, planta y piso. Algunas personas que conocieron las estancias hablan de muebles de tipo isabelino, alfombras y otros detalles que reflejan  que era una casa solariega con cierta distinción.
Después se trasladaba a Hospital de Órbigo a esperar el paso de las ovejas en dirección  a Villablino.
El mes de junio lo pasaba en León, julio y agosto en su pueblo (Villablino).
A la llegada del otoño efectuaba en camino de forma inversa, finalizando en Moreruela, una vez instaladas las ovejas en los apriscos. Después se trasladaba a Madrid para pasar el invierno.
Bello Trompeta  (1926) comenta que D. Francisco “vestía en cada sitio traje adecuado al país. En Villablino no asistía a actos religiosos. En Moreruela, sí. Cuidaba personalmente sus instituciones. Vivía junto a ellas y quería verlas al asomarse a la ventana de su cuarto. A la protección del niño, a su enseñanza y orientación en la vida, dedicó sus sentimientos paternales”
Añade, aunque no es del todo exacto, que” los viajes los hizo en mulo hasta los ochenta años. Murió de ochenta y seis.”
D. Paco murió a los 88 años.
En el diario «El Porvenir de León», con fecha de 30 de enero de 1915, se dedicó un artículo titulado «El gran patricio» a D. Francisco Fernández, el hombre bueno. Se señalan algunos párrafos significativos:
La beneficencia a los desamparados y a los inválidos y el culto a la enseñanza fueron objeto de su especial tutela y protección.
El ilustre difunto fue siempre republicano y librepensador y, sin embargo, quizá por esto mismo, sus obras filantrópicas, respondiendo exclusivamente a sus sentimientos humanitarios, derramaban el socorro por igual en centros regidos por religiosas que en los sostenidos por el presupuesto de centros oficiales.
Véase si un hombre que así ha repartido sus riquezas y así se ha cuidado con paternal solicitud de los indigentes y de los inválidos necesita irse del mundo de los vivos para que se le tributen alabanzas.
 Rivas Llanos (La Mañana, 1928, p. 1), le define como “una persona de porte distinguido, vestido siempre con elegancia, aunque sin afectación, fino en su trato, amable, de amena conversación, serio,  imponiendo respeto su sola presencia”

Cossío (1929) describe a D. Paco como “un castizo leonés de la montaña, armoniosa conjunción de libertad y aristocratismo, patricio ejemplar”, añade que hacía favores “a manos llenas”, que no necesitaba de nadie, se bastaba a sí mismo, era autosuficiente.

La Institución Sierra Pambley

 La Fundación Sierra-Pambley  fue creada el 21 de abril de 1887 por Francisco Giner de los Ríos con los principios de la Institución Libre de Enseñanza, en los que también se funda la Escuela de Enseñanza Mercantil y Agrícola de Villablino.
Tuvo su origen en la reunión mantenida en Villablino (León), en el invierno de 1885, por Don Francisco Fernández-Blanco y Sierra-Pambley con  Gumersindo de Azcárate, Francisco Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío.
La Fundación se rigió desde sus inicios y hasta 1936 por un Patronato del que fueron presidentes el propio Francisco Fernández-Blanco y Sierra-Pambley, Gumersindo de Azcárate, Manuel Bartolomé Cossío y Don José Manuel Pedregal y Sánchez Calvo. El 28 de agosto de 1936, el gobernador civil de León, en nombre de las autoridades fascistas, ordena la confiscación de todos los bienes de la Fundación y el nombramiento de un nuevo Patronato, que recae, provisionalmente, en la Comisión Gestora de la Diputación Provincial de León. En los primeros días del nuevo régimen es fusilado Nicóstrato Vela, director de la Granja-Escuela del Monte San Isidro, y “paseado” Pío Álvarez, responsable de la Biblioteca de Azcárate. El resto del personal de la Fundación, en especial el personal docente, fue investigado y depurado con mayor o menor suerte. En 1938, el Ministerio de Educación Nacional nombra un nuevo Patronato presidido por el obispo de León. Será en el año 1979 cuando se recupere la legitimidad fundacional con un Patronato formado por personas afines a la Institución Libre de Enseñanza, bajo la Presidencia de Don Justino de Azcárate y Flórez.
En la actualidad, la Fundación desarrolla una intensa actividad
Disposiciones promulgadas por las autoridades de León en el  Boletín Oficial de la provincia, a partir del 28 de agosto de e 1936, con relación a la Fundación Sierra Pambley
Se ofrecen una serie de órdenes dictadas por las autoridades del bando nacional, que deciden  el  futuro de la Fundación,  el de sus de sus directivos y en definitiva el del Patronato

 Proyecto de destitución de los patronos y entrega del Patronato a una Comisión gestora
Vistos los antecedentes relacionados con la Fundación Sierra Pambley, y Resultando: Que don Francisco Fernández Blanco creó la Fundación  Sierra Pambley disponiendo se destinase a la enseñanza  mercantil, agrícola, instrucción primaria e industrial de obreros.
 Resultando: Que en la Biblioteca Azcárate, que forma parte de dicha Fundación, fueron encontrados numerosos libros pornográficos y de propaganda anarquista y comunista.
 Considerando: Que la primera y más importante obligación del Patronato de toda Fundación es velar por el cumplimiento riguroso de la voluntad del Fundador, y siendo ésta que los bienes se destinasen a la enseñanza en los diversos ramos expresados anteriormente, es evidente que los señores que actualmente constituyen el Patronato de la Fundación Sierra Pambley han consentido, con su negligencia, el incumplimiento de dichos fines, hasta el extremo de destinarse los bienes fundacionales al fomento de ideas y teorías disolventes  y que los representantes de Patronatos de Fundaciones particulares de   Beneficencia docente pueden ser destituidos por dar a los bienes destino no benéfico y diverso del designado por los fundadores, y por incurrir en negligencia grave en el desempeño de sus funciones.
 Considerando: Que puede confiarse a las autoridades que se estime conveniente el Patronato de las fundaciones cuyos patronos estén destituidos, Este Gobierno civil acuerda la destitución de todos los representantes actuales del Patronato de la Fundación Sierra Pambley, y confiar las funciones propias de dicho Patronato, previa y minuciosa entrega, a la Comisión Gestora provincial de esta ciudad, para lo cual se requiere a todos los que la constituyen para su urgente presentación en esta capital. León, 28 de Agosto de 1936.

El Gobernador civil, Ignacio Estévez Por encontrarse vacante el cargo   (BO provincia de León, 28/8/36)

Destitución de los representantes del Patronato de la Fundación

Del 1º de Septiembre de 1936 Visto el acuerdo del Excmo. Sr. Gobernador civil de León, destituyendo a todos los representantes actuales del Patronato de la Fundación Sierra Pambley, destinada a la enseñanza mercantil, agrícola, instrucción primaria e industrial de obreros, en virtud del incumplimiento por aquélla de dichos fines hasta el extremo de destinarse los bienes fundacionales al fomento de ideas y teorías disolventes, la Junta de Defensa Nacional ha resuelto aprobar la expresada destitución, como asimismo la entrega efectuada de dicho Patronato a la Comisión Gestora de la Diputación Provincial de León. Por la Junta de Defensa Nacional, Federico Montaner. (B.O. provincia de León de 07/09/1936)

Citación del Presidente y Vocales del Patronato  para declarar en la Junta Provincial de Beneficencia

No habiendo cumplimentado el Presidente y Vocales del patronato de la Fundación Sierra Pambley, que lo ejercían hasta el día 18 de Julio de 1936, la Orden de la Presidencia de la Junta Técnica del Estado, de fecha 5 de Mayo, publicada en el Boletín Oficial del Estado del mismo mes, por la presente se les cita para que comparezcan a declarar en la Secretaría de la Junta Provincial de Beneficencia, en el plazo de quince días a partir de la publicación de esta citación en el BOLETÍN OFICIAL de la provincia, en el expediente que conforme a dicha Orden se instruye, en la inteligencia de que, de no hacerlo, sufrirán las consecuencias a que haya lugar en derecho. León, 7 de Agosto de 1937.
El Gobernador civil, Carlos Rodríguez de Rivera  (10/8/1937)

 Requerimiento de comparecencia  en el gobierno civil de varios responsables de la Fundación

Gobierno civil de la provincia  de León BENEFICENCIA.
 Se requiere a D. Leopoldo Palacios Morini, D. Juan Uña Sartou, D. Pablo Azcárate y D. José Ontañón, al efecto de que en el plazo de cinco días, a contar del  día  de la publicación de esta comunicación en el BOLETÍN OFICIAL de la provincia, comparezcan en el Gobierno civil a hacerse cargo de la propuesta de destitución del cargo de patronos de la Fundación Sierra-Pambley, con el fin de que en la forma determinada por el art. 62 del Reglamento de 7 de Septiembre de 1918, puedan alegar lo que estimen oportuno ante la Comisión de Cultura de la Junta Técnica del Estado, en el expediente que se les ha instruido en cumplimiento de la Orden de 5 de Mayo del corriente año. León, 9 de Noviembre de 1937. Segundo Año Triunfal.
El Gobernador civil-Presidente de la Junta provincial de Beneficencia. Vicente Sergio Orbaneja
  
Datos complementarios sobre Leopoldo Palacios Morini (1876-1952)
 León Martín- Granizo, escribe una obra bajo el título de Biografía y bibliografía del Excelentísimo Señor D. Leopoldo Palacios Morini de (1955) no haga referencia a dos aspectos fundamentales que, a mi juicio,  debía haberse consignado
-Fue delegado del ministerio de Instrucción Pública y Bellas en la Fundación González Allende de Toro (Zamora) en los años 1914-1924. Su contribución en el diseño, creación y estatutos de la creación de escuelas de primaria y de formación en el ámbito laboral, en la citada ciudad fue muy notoria. Sin embargo, el biógrafo cita en la bibliografía de este autor “La Fundación González Allende de Toro“(Madrid, 1915)  le falta añadir al título “Historia, documentos y noticias de una obra de enseñanza”.
Formó parte de la Junta del Patronato Sierra Pambley (León) en los dos últimos años y fue requerido para dar explicaciones sobre su actuación en el patronato por el bando nacional, como se ha indicado anteriormente.
Palacios Morini estaba vinculado a Toro porque su familia provenía de esta ciudad. Fue elegido diputado a cortes por el distrito de  Villalpando (Zamora) en 1915.
 F.Trancón
  







martes, 22 de noviembre de 2016

DÍA DEL DOCENTE


Las distintas administraciones educativas  no establecen  fecha fija para  celebración del día del maestro. El 31 de octubre es reconocido en los calendarios escolares como  “Día del docente” en la comunidad de Castilla y León;  la Comunidad de Cantabria el 27 de enero; Extremadura 26 de noviembre; Madrid el 31 de octubre con excepciones ; en el País Vasco, se considera una fiesta movible y se puede  celebrar en cualquier época del curso, respetando las normas de confección del calendario por parte de cada centro que tiene amplia autonomía este aspecto; en Navarra se establece el día 25 de noviembre, aunque siguiendo las mismas normas que en Euskadi por parte de los centros si quieren fijar esta fecha en otra época; en la provincia de Sevilla  la delegación de educación concede el 31 de octubre como festivo, pero sin especificar el motivo de este día de asueto.
 J. Alonso (periódico digital “hoy.es) comenta que  los políticos y muchos empresarios creen que las fiestas lo son solo porque no se produce y no se dan cuenta de que hay colectivos, como el de los maestros, que entienden que las fiestas son un sentimiento, una conmemoración enraizada en su memoria sentimental y que sustituir a San José de Calasanz  rompe sus  tradiciones.
En nuestro país, con relación a la  enseñanza primaria en los años  de 1940-1975,  se ha considerado el 27 de noviembre, San José de Calasanz, día vacacional, por ser  el patrono  del magisterio
Esta celebración es  reconocida por la administración educativa de aquella época, como una fecha específica dedicada al maestro, se consideraba una efeméride escolar junto con el día de los Todos los  Santos, día de la Raza, día del caudillo, etc. Por este motivo constituía una actividad escolar obligatoria el reflejarla en los cuadernos individuales del alumno y  en el colectivo del aula, llamado “de rotación”.
Los ayuntamientos organizaban un acto de agasajo al profesorado que normalmente consistía en ofrecer un aperitivo a los asistentes al evento, al que acudían las autoridades locales y se pronunciaba algún discurso por parte de algún maestro o inspector de educación sobre temas generales de la enseñanza, glosando la figura de pedagogos nacionales, San José de Calasanz, Luis Vives, el padre  Manjón, padre Poveda, etc., o ensalzando las virtudes humanas y casi divinas que deben acompañar al docente.
Era un día para el encuentro entre el magisterio de aquella época, la mayoría ejerciendo en escuelas rurales y, por tanto, alejados de  sus colegas.
La jornada contemplaba actos religiosos y de reconocimiento a  la labor docente desarrollada por maestros que, según el criterio de la inspección educativa,  se hacían merecedores de un “voto de gracias”. Una certificación de su buen hacer en el aula que le servía como mérito en su carrera docente a efectos de concursos de traslados o ascenso en el escalafón profesional.
También era una  fecha para la nostalgia. Se despedía a los profesionales que se jubilaban, normalmente se le entregaba una placa grabada recordando este día.
Los tiempos cambian y con ello las costumbres, se hace necesaria una adaptación a los nuevos retos, estilos.
Semánticamente  “el día del maestro”, recibe otros nombres: “día del enseñante”, “del profesor”, “del docente”, etc.
Este cambio de nombre, comporta una percepción nueva  sobre el rol del educador. La palabra  “maestro” se va relegando a épocas pasadas, al desuso y  a la pérdida de su  significado original y, por tanto, de su labor básica: educar y enseñar a aprender.
El aprendizaje no ha variado en su aspecto formal basado en una interacción maestro/alumno, sí los métodos, las formas, los conceptos, los contenidos, los instrumentos metodológicos, pero nada más.
Da la sensación que una parte de la sociedad ha perdido el significado ontológico de los riesgos y compromisos que comporta la enseñanza, mostrando conductas cargadas de incomprensión e ignorancia sobre la labor educativa.
El profesorado se ve sometido a presiones, críticas y dudas sobre su trabajo. Todos entienden de educación, hasta los menos instruidos se ven capacitados para desprestigiar su trabajo, algunos miembros de la comunidad educativa se creen  legitimados para dictar normas sobre la marcha escolar de un centro sin haber leído ningún tratado pedagógico, otros arremeten con denuncias y comportamientos agresivos contra  los docentes.
En mi trabajo como inspector de educación he sido testigo y he intervenido en muchos conflictos escolares. No he tenido la satisfacción de recibir a ninguna persona que me haya venido a visitar para elogiar la labor de determinado profesor o profesora. En esto he sido poco afortunado
Esta obsesión por acudir a las autoridades educativas  a plantear problemas, pero no a intentar escuchar es muy frecuente.
Mi propuesta es que se debe considerar la creación de la figura del “defensor del maestro” dentro de la propia administración escolar. Los sindicatos ayudan al profesorado, pero su capacidad resolutiva en ciertas situaciones   se ha mostrado poco eficaz, no por falta de capacidad , sino por  carencia de  apoyo institucional.
La inspección educativa es garante del cumplimiento de la ley cuando afecta al alumnado, a los centros educativos, a las familias de los escolares, etc.,  ¿pero quién vela por el profesorado, quién le ayuda, quién le defiende cuando es acosado, cuando se siente hostigado en su trabajo?
 En la película mejicana  Simitrio estrenada en  España en 1960, interpretada magistralmente por José Elías Moreno (en el papel de maestro) y Javier Tejada en el del simulado alumno Simitrio, se resaltan dos aspectos fundamentales: la vocación del maestro y cómo ha ganado el amor de un pueblo entero que no duda en poner todos los medios necesarios para proteger a su amado mentor.
Esta reflexión nos invita a  confiar en la labor del maestro y  que en muchas ocasiones precisa ayuda.
F. Trancón








martes, 8 de noviembre de 2016

DEBATE SOBRE LOS DEBERES ESCOLARES

DEBERES ESCOLARES

(Francisco Trancón Pérez)

Los medios informativos se han hecho eco estos días  de  un comunicado de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del (CEAPA) de centros públicos ,  instando a las familias de las distintas comunidades autónomas a que sus hijos no realicen  tareas escolares durante los fines de semana de noviembre, argumentando que “los deberes invaden el tiempo de las familias”; “vulneran el esparcimiento de los niños, el derecho al esparcimiento, al juego y a participar en las actividades artísticas y culturales”
Por su parte la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos (CONCAPA),  de la escuela privada concertada,  se manifiesta en contra  de la medida adoptada  por la confederación de colegios estatales,  defendiendo que "Los deberes deben existir en una medida proporcionada y acorde al nivel educativo. Hay unas mesas de debate donde discutirlo, pero estamos en contra de convertir a los menores en insumisos".
La preocupación por los deberes no es nueva, señalo algunas disposiciones legislativas por regular el tema en  esta materia de la realización de tareas escolares fuera de horario lectivo:
Decreto de 31 de mayo de 1957. Es la primera referencia normativa que puede encontrarse en este aspecto, considera  que “queda prohibido encomendar a los alumnos trabajos para ejecutar fuera del Centro”
Resolución de 13 de noviembre de 1964; Decreto 1106/1967, de 31 de mayo de 1967; Resolución de 3 de octubre de 1973  (BOE de 18 de octubre de 1973) por la que se regula la realización de trabajos escolares fuera de los Centros de Educación Básica.
Ley Orgánica 2/ 2006 de Educación (LOE), modificada parcialmente por la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) 8/2013, señala en su artículo 121.5, al regular el Proyecto educativo de centro que: “los centros promoverán compromisos educativos entre las familias o tutores legales y el propio centro en los que se consignen las actividades que padres, profesores y alumnos se comprometan a desarrollar para mejorar el rendimiento académico del alumnado.”
 Las consejerías de educación  de Castilla y León, Navarra, País Vasco- entre otras-  son partidarias de la práctica de los deberes, pero controlados y que no supongan una carga excesiva de tiempo y puedan ayudar a alumnado
La Asamblea de Madrid ha aprobado una proposición no de ley para regular los deberes escolares
En Galicia una orden del 22/06/1997  prohibe los deberes en los centros de educación  primaria en los cursos inferiores y los limita mucho en el resto.
El debate generado contempla toda una serie de opiniones- más o menos interesantes sobre el tema- pero polarizada en dos conceptos: deberes  a favor o en contra.
Tanto partidarios como detractores de los deberes  ofrecen – a veces-  argumentos poco  documentados, basándose en encuestas de dudosa fiabilidad o valoraciones  personales, algunas de ellas  utilizando tópicos  cargados de demagogia.
 Los estudios científicos sobre esta  materia  no definen – en la mayoría de las circunstancias- el objeto investigado en toda su complejidad, afectando a la validez de las variables y  a la fiabilidad de los resultados.  
(Scheerens y cols., 2013) indican que la estimación entre el tiempo invertido en los deberes o tareas escolares en el hogar y los resultados educativos es un tópico controvertido, contradictorio y complejo.  Señalan que entre  2005 y 2011 en más de 40 países se analizaron 128 efectos del tiempo de deberes sobre el rendimiento escolar, sosteniendo que los resultados de esta síntesis de investigación difícilmente podrían ser más dispares.
Otros estudios ponen de manifiesto que aquellos estudiantes con niveles altos de rendimiento muestran, en general, una mayor implicación en los deberes escolares, especialmente en lo que se refiere a la cantidad y al aprovechamiento del tiempo, (explicación sesgada, porque no determina lo que ocurre con alumnos menos dotados)
José Carlos Núñez del  departamento de psicología de la  universidad de Oviedo se muestra partidario con los deberes, aconsejando  que el tiempo adecuado se debe calcular según la fórmula de multiplicar el curso en el que está el niño por diez minutos, porque a partir de ahí el proceso de atención se reduce.

Existen experiencias de centros docentes sobre el tema.
En un colegio madrileño que han adoptado una metodología  basada  en el “aprendizaje por proyectos”, han eliminado  los deberes, ya que no utilizan libros de texto que a su juicio son los que marcan el programa y las actividades del alumnado.
Algo parecido, pero  no igual, he observado personalmente en mis visitas de inspección  en la red de centros públicos “Amara Berri”, en Euskadi. Estos colegios desarrollan su propia metodología educativa trabajando a través de lo que denominan "contextos" (áreas de aprendizaje por las que los alumnos van pasando y trabajando en grupos),
Cuando se establece alguna tarea fuera del centro, se ponen de acuerdo  con la familia, explicando en  qué consiste el trabajo y cuál puede ser el grado de colaboración de los padres.
En una visita a un  colegio de los escolapios, invitado por mis colegas inspectores de  Barcelona,  el  jefe de estudios, me informa que  los llamados deberes escolares, él prefiere  nombrarlos como “actividades voluntarias” (término muy apropiado que sustituye al vocablo “deber”, con connotaciones coercitivas) son sugeridos a los escolares y éstos   los realizan, individualmente o  en grupo, pudiendo solicitar asesoramiento del profesorado según estimen oportuno,  no influyendo para ello en las notas de la  evaluación, aunque en el “cuaderno del alumno”, consta el trabajo realizado, para que la familia sepa lo que ha hecho. Esto afecta a los escolares a partir de cuarto curso de primaria.
Los deberes, actividades escolares fuera del centro o como se le quiera llamar, están de moda, al menos  publicitariamente.
Tareas de este tipo seguirán realizando  los centros, pero tienen que estar  sometidas a una revisión, evitando los posibles errores en cuanto al contenido, tiempo  y las interferencias con las actividades extraescolares.
Este tipo de tareas  no deben suponer un aumento o compensación del programa escolar, en todo caso un afianzamiento en las materias. Se valorarán  aspectos positivos: fomento de hábitos de estudio,  participación de la familia en cuanto al seguimiento, trabajo autónomo,  desarrollo de la creatividad, etc.
Por supuesto  se debe obviar todo lo que afecte  a la  discriminación con los alumnos más desfavorecidos, carga horaria, etc.
Estas actividades  han de ser  revisadas por el profesorado.  Surge aquí una dificultad, ¿en qué horario, cuánto tiempo? Las tareas de esta naturaleza han de reflejarse en el plan educativo del centro, estar consensuadas con la comunidad educativa a través de sus órganos de representación (consejo escolar, APA, etc.) y no considerar a dichos trabajos una sobrecarga que prive al escolar de su tiempo libre, ni un capricho arbitrario de los docentes. Si no están legitimadas y aceptadas por todos los agentes implicados en las responsabilidades educativas, no se tendrían que realizar.



jueves, 20 de octubre de 2016

EL PROFESORADO DE LAS ESCUELAS GONZÁLEZ ALLENDE DE TORO (Zamora) 1914-1924


Las escuelas de  "González Allende" se construyeron en Toro gracias a la donación económica que dispuso su fundador el  toresano D. Manuel Luis González Allende (1778-1847).
No es mi intención profundizar en las vicisitudes, dificultades y desencuentros ocurridos a lo largo de sesenta y siete años desde la muerte de su fundador hasta la inauguración de las escuelas el día 27 de diciembre de 1914, curiosamente fecha que coincide con  la del aniversario de su fallecimiento.
Leyendo o mejor “releyendo” como le gustaba decir a Jorge Luis Borges, el contenido del proyecto de la fundación,  recogido en la Real Orden de 16 de julio de 1909, se aprecia  una intención ambiciosa “   Han de consistir en un núcleo de enseñanzas que comprenderán dos escuelas elementales de niñas y de niños y una tercera escuela de oficios, mercantil, agrícola, con cursos de adultos, biblioteca…”  “intentar constituir en Toro las mejores escuelas de instrucción primaria sobre base mercantil, industrial y agrícola de España, utilizando las más acreditadas recomendaciones pedagógicas  “
La Junta de Ampliación de Estudios refiriéndose  a la fundación González Allende comenta  en su boletín correspondiente al curso 1916-1917, que es  una institución de cultura, de carácter benéfico-docente, bajo el patronato del Ministerio de Instrucción Pública, según se determina en los Estatutos.
 Las enseñanzas establecidas en el proyecto docente  van dirigidas a la creación de clases graduadas de instrucción primaria completa y cíclica, de párvulos, elementales y superiores; clases prácticas de iniciación en los oficios; dibujo ; gimnasia; música y canto ; organización de juegos, recreos, deportes,  paseos , excursiones ,  ampliación de la de instrucción primaria, elemental y superior para adultos,  clases de idiomas, etc
Para el público no escolar cursos breves  sobre temas de cultura general; lecturas individuales y colectivas de libros clásicos o de escritos de actualidad; conferencias o lecciones sueltas; conciertos y recepciones; excursiones y deportes
La fundación contó con el asesoramiento de Cossío, Castillejo y  Ruíz Amado, entre otros. Conscientes de que el profesorado era la clave fundamental para llevar a cabo el proyecto educativo, estos pedagogos sostienen que los futuros docentes debían  poseer una  sólida formación  científica y pedagógica, saber trabajar  en equipo,   observar criterios homogéneos en el desarrollo docente con el resto del profesorado; estar dispuestos a efectuar excursiones, viajes de estudios y completar su formación  durante el período vacacional.
No eran partidarios Cossío y  Castillejo de que la selección de los docentes se realizara mediante oposición, dejaban al arbitrio del patronato la búsqueda de estos funcionarios y sorprende que no establecieran  criterios referentes a las titulaciones, experiencia con los escolares, etc
Ruíz Amado  entiende que la selección del profesorado la debe realizar el Ministerio de Instrucción Pública mediante el sistema de oposición, incluso propone como presidente a  D. Rufino Blanco (regente de la Escuela Normal de Madrid) junto con otros tres profesores de la misma.
Son muy exigentes los asesores al definir el  perfil del profesorado que había de contratar la fundación con  un sueldo entre 2000 y 3000 pesetas anuales, dependiendo de la categoría profesional y responsabilidades inherentes, discriminatorio para las maestras, pues éstas deberían cobrar 500 pesetas menos, ejerciendo las mismas funciones. En este aspecto existe unanimidad entre los representantes de la Institución Libre y Ruíz Amado.
En cuanto al nombramiento del profesorado los patronos de la institución reclaman que son ellos los que deben asumir esta responsabilidad. La Junta de Ampliación de Estudios se opone a esta pretensión aduciendo que se vulnera el artículo 31 de la R.O. de 24 de julio de 1913 que establece que es el Ministerio de Instrucción el único competente en esta materia.
Rectifican en este sentido y declinan su demanda razonando que el patronato reconoce su incompetencia para la delicada misión de elegir y proponer al profesorado, confiando esta misión a la Junta de Ampliación de Estudios. Consideran que se tenga en cuenta la adscripción de profesorado de la zona. En este aspecto la Junta no nombró ningún maestro del entorno geográfico de Toro.
En los estatutos se indica que las horas de atención directa del profesorado en el aula  deben  ser   de cuatro, dedicando el resto de la jornada a apoyos en el servicio de comedor, biblioteca, guardias, y otras actividades, no excediendo en cuarenta horas semanales el trabajo en el centro.
Sería interesante saber cómo confeccionaron los horarios de clase. Ya que considerando que existían 10 aulas de enseñanza primaria con una ratio de 1/30  alumnos por clase, teóricamente cada profesor es tutor de un aula, aunque se turne por especialidades. Si el alumnado recibía cuatro o cinco clases diarias de duración entre  media o una hora cada una, nos lleva a reflexionar que en este período se dedicaban a impartir enseñanzas básicas de lectura, escritura, cálculo y  ciencias. El resto de las materias no troncales (dibujo, música, deportes, religión, juegos,excursiones...) se repartiría en otros tiempos.
La permanencia del alumno en el centro-no muy definida- era de ocho treinta hasta las diecisiete horas, con un cese de actividades de dos horas  para la comida (de 13 a 15 horas), esto supone una media de 7 horas diarias. Como el profesorado trabajaba 40 horas, con 10 profesores no podían atender a todas las actividades, tendrían que completar el trabajo más personas.
El artículo 35 del Reglamento, prevé esta circunstancia, admitiendo que la fundación “pueda valerse de otras personas de la localidad o fuera de ella, retribuidas o gratuitas sin más límites que los de la competencia en las personas y el buen arreglo económico y pedagógico de los servicios”.
Esta opción apuntada anteriormente al no sujetarse a unos criterios legales (en cuanto a la titulación del profesorado en algunas materias), sería motivo de precaución o de rechazo por parte de la Junta de Ampliación de Estudios.
El esfuerzo de la Fundación por favorecer al profesorado es notable, determinando en los estatutos que cada seis años, actualice  su formación en centros docentes de España o del extranjero. En algunas especialidades cada dos años.
El artículo 45  de los estatutos  considera “la constitución de un seguro obligatorio a beneficio de cada titular, concertado con el Instituto Nacional de Previsión, eligiendo los interesados la pensión que quieran percibir, con tal de que no baje de 1.000 pesetas anuales”
En el período de 1916-1924, fechas en las que la fundación solicita de la Junta de Ampliación de estudios la selección del profesorado para las Escuelas de González Allende, las  plazas ofertadas y la casuística de adjudicación es la siguiente:

Una de Maestro de primera enseñanza superior, acreditando los aspirantes haber hecho la reválida de Maestro de primera enseñanza superior o el grado de Licenciado en Letras; haber hecho la reválida de Maestro de primera enseñanza superior o el grado de Licenciado en Letras;  experiencia en la enseñanza primaria, especialmente de Letras, o aptitudes suficientes para ella y estudios de ampliación relacionados con la enseñanza en el extranjero o en España
Una de Maestra de primera enseñanza superior, las aspirantes a ella, además de haber aprobado la reválida de Maestra de primera enseñanza superior, debiendo acreditar condiciones de preparación y práctica para organizar una enseñanza moderna del Hogar; conocimiento a la perfección de un idioma extranjero o poder encargarse de la enseñanza de la música.
 Una de Profesor de Geografía comercial y Contabilidad mercantil, con cargo especial de enseñar inglés, francés y alemán pesetas. Los aspirantes a ella debían acreditar  conocimiento suficiente de los idiomas y materias comerciales indicadas y práctica de estas enseñanzas y títulos y certificados, tanto en el caso de ser español como de ser extranjero el aspirante, que satisfagan a la junta.
Los aspirantes podían acompañar los documentos y trabajos publicados o inéditos que consideren oportunos para mostrar su capacidad, vocación o servicios anteriores
 La Junta se reservaba el derecho de exigir las pruebas complementarias y los ejercicios o exámenes que considerase necesarios a aquellos candidatos que estime pueden ser elegidos.
Ofrecían un sueldo de 3.000 pesetas anuales igual para todos sin discriminación de sexo.
El tribunal para juzgar a los aspirantes lo componían: Adolfo Álvarez Buylla,  Ramón Menéndez Pidal,  Victoriano Fernández Ascarza y como delegado de la fundación Leopoldo Palacios Morín.
Las solicitudes para optar a la plaza de profesor de geografía comercial  fueron ocho aspirantes y tres no se presentaron. Revisada la documentación y realizadas las pruebas, ninguno aprobó, quedando desierta  la vacante.
Para la plaza de Maestra de primera enseñanza superior, con cargo de organizar una enseñanza moderna del hogar y poder enseñar un idioma extranjero o música, fueron 24 las solicitantes, de las cuales acudieron 12 a los ejercicios. Fue seleccionada María Josefa Varela Rodríguez
Para la plaza de Maestro de primera enseñanza superior, grupo de letras, presentaron instancia 24 aspirantes, de los cuales concurrieron 10  a los ejercicios. Obtuvo la vacante D. Ramón Luis Huerta Naves. (año de 1916)

En las convocatorias efectuadas entre 1919-1924, se observa una tendencia análoga, los puestos a cubrir son los mismos con algunas variaciones. En el año de 1918 se oferta la dirección del centro educativo (esta propuesta no fue aceptada por el tribunal), la de profesor de trabajo manual y la  de capataz agrícola.
En cuanto a la remuneración ofrecida al profesorado está dentro de los sueldos que cobraban los maestros  estatales  de nuevo ingreso de aquella época. La R.O. de 08/08/1924 establece un sueldo de 3.000 pesetas anuales a los enseñantes que se incorporan a la docencia una vez superada la oposición de ingreso en el magisterio nacional. (Anterior a esta fecha el sueldo era más bajo, una media de 500 pesetas menos, dependiendo del escalafón)
 En la Escuela de Moreruela de Tábara (Zamora)  perteneciente a la Fundación Sierra Pambley (también inspirada en las ideología de la Institución Libre de Enseñanza), D. Amadeo Puente maestro en dicha escuela, por las fechas que estamos analizando, en una carta dirigida a su superior don Vicente Valls, indica “en el giro del mes de octubre me envía usted 270 pesetas, cuando no son más que 250 las que me corresponden a razón de 3.000 pesetas al año”. En este caso el maestro tenía subvencionada la vivienda, calefacción y alumbrado.
La búsqueda de personal docente cualificado es un objetivo muy importante para la fundación. Desconocemos el tiempo de permanencia en el centro de cada profesor,  cuántos consiguieron cambiar la situación de interinidad por la de propiedad.
El propósito de conseguir que las escuelas de la fundación González Allende fueran una realidad notable, se llegó a cumplir, en algunos aspectos tal como indica Elena Aguado (La Opinión, 05/10/2014)
“La enseñanza de niños y niñas pequeños. Además, crean unos edificios muy racionales efectuados por el arquitecto Antonio Flores, y potencian la higiene escolar. Apuestan por una escuela muy práctica en la que se induzca al niño a la búsqueda del conocimiento para lo que necesitan el jardín, la huerta de ahí que la ubicación de la escuela González Allende fue pensada y proyectada para que tuviera una vista al Duero. Otra actividad interesante correspondió a las actividades peri escolares, que no estaban dentro del aula pero el centro era la escuela. Tenían una buena biblioteca y la organización de las cantinas o las colonias escolares, que estuvieron en diferentes puntos como vacaciones de aprendizaje.”
Hay que subrayar la atención y seguimiento que  suscitó en las altas instancias del gobierno de la nación los medios y recursos utilizados, las propuestas innovadoras desarrolladas en el ámbito educativo, la respuesta de la comunidad educativa de Toro hacia esta fundación. Que todo esto ocurriera en una ciudad de la provincia de Zamora, que fuera el foco de atención del mundo intelectual y educativo de España en aquella época, es un triunfo, una gesta que debe ser valorada y especialmente recordada.



(Fachada del patronato González Allende, hoy casa de cultura)




(Complejo educativo obra del arquitecto Antonio Flores (1914)




(Complejo educativo obra del arquitecto Antonio Flores (1914)


Francisco Trancón Pérez


miércoles, 5 de octubre de 2016

RECUERDOS ESCOLARES DE MARINA FERNÁNDEZ SANTIAGO (101 años) SANTA EULALIA DE TÁBARA (Zamora)


(Francisco Trancón Pérez) (Doctor en Filosofía y Ciencias de la educación)
Marina Fernández nace hace 101 años en Santa Eulalia de Tábara.
Jovial, alegre, con un fino sentido del humor desgrana  retazos escolares de su estancia en la escuela de Moreruela de Tábara con una precisión matemática. Su discurso  coherente y  vívido transmite al oyente sus emociones, sus  experiencias de forma tan plástica que cuando habla da la sensación de haberse  detenido el tiempo.
Marina es una joven estudiante centenaria, alumna aventajada  que aún recorre las aulas buscando nuevos saberes, atesorando los recuerdos más entrañables de su vida escolar en su memoria y en su intimidad.
El aprendizaje escolar básico lo adquiere en las escuelas nacionales de su pueblo y posteriormente amplía su formación en el colegio de Moreruela de Tábara.
Este centro, según Isabel Cantón Mayo (1996) formaba parte de un ambicioso proyecto educativo que bajo el auspicio del patronato de la Fundación Sierra Pambley, fundó varias escuelas en Hospital de Órbigo (León), Villameca (León), Moreruela de Tábara (Zamora) , Villablino (León) y en la ciudad de León.
El ideario pedagógico de estas escuelas se basaba en las directrices de la Institución Libre de Enseñanza, con aportaciones de Gumersindo de Azcárate, Manuel Bartolomé  Cossío, Giner de los Ríos, etc.
La escuela de Moreruela de Tábara se fundó en el año de 1897.
El relato de Marina a través de esta entrevista discurre a partir de año de 1930, fecha en la que prosigue sus estudios en esta localidad.
Inicio la entrevista con esta pregunta
Te  acuerdas de cuando fuiste a la escuela de Moreruela de Tábara.  Esta pregunta le debió parecer  un tanto infantil, para una mujer como Marina dotada una envidiable memoria.
“Pues claro que me acuerdo, tenía catorce años y estuve allí dos años, tenía que haber estado otro más. Salí porque se casó una hermana mía y mi madre quería que me quedase en casa”
Marina enlaza estos recuerdos con otros, es una constante en sus respuestas. Indudablemente esta práctica enriquece el discurso y a pesar de ser contenidos diferentes, mantienen una coherencia estructural.
“Mi padre-comenta- era herrero y aprendió el oficio  con Gildo, en Villarrín de Campos, que tenía un hijo veterinario. Todos los años acudía a las fiestas del Cristo. Iba por la mañana y regresaba por la noche”
Recuerda que  en Villarrín existía un seminario de curas, le dije que no. En este pueblo en aquella época había  un colegio religioso regentado por los hermanos Marianistas.
Esta afirmación  que podría tener una excusa para verificar sus datos, se desveló que contenía algo más.
“Había un sacerdote que se llamaba Domingo Mateos, que era de Calzadilla de Tera, estuvo en Villarrín muchos años y después se vino  para aquí”
Continúa  diciendo que el colegio pasó momentos difíciles, que el sacerdote del pueblo y el médico denunciaron a la escuela y ésta  permaneció cerrada durante tres años. Le pregunté la causa y  responde  “que no iba de acuerdo con sus ideas, que si era laica y qué se yo qué otras historias”.
Según sus datos la escuela permaneció cerrada entre los años 1927-1930.
Su abuelo y otras personas acudieron al obispado de Astorga y a la sede de la Fundación Sierra Pambley,  solicitando la apertura del centro, que reanuda de nuevo su actividad académica.
“Vino D. Constantino Álvarez y después D. Amadeo Fuertes (mi maestro) y al final D. Felicísimo Fernández del Campillo que permaneció veintiocho años” (véase La Opinión de Zamora de 30/11/1914)
  ¿Quién te llevaba al colegio?
“Nadie íbamos andando, veníamos a comer y volvíamos por la tarde, hay un kilómetro de distancia”.
¿Cómo era la escuela?
“Una elegancia, preciosa, con muchas ventanas altas, en la pared de afuera hay una lápida de mármol blanco dedicada al fundador”
“Había una huerta enorme, un jardín. La clase tenía las ventanas muy altas, con una cocina que servía para calefacción. Alrededor de las paredes estaba la biblioteca, con muchas estanterías, llenas de libros. Todos los hombres grandes de España estaban allí”
“En una pared había una pizarra muy grande colgada y mapas de España y de todo el mundo”
“El piso era de pizarra y el tejado también”
“En la escuela estaba todo pago, cuadernos, cartapacios, tiralíneas”
“Siempre que paso por delante de la escuela me quedo mirando y me llena de alegría”
El patio de recreo tenía al fondo dos urinarios. Servía como huerto escolar y disponía de un pozo de agua bombeada con un motor eléctrico para uso de la escuela y de la vivienda del maestro que ocupaba la parte norte del edificio.
Cuenta aún con admiración el ensayo de un extintor de fuego que realizaron en el patio del colegio, así como un experimento en una probeta con alcohol.
Horario de clases
“Por la mañana de nueve a una y por la tarde de tres a cinco”.
“Los días de mal tiempo llevábamos la comida y la calentábamos en la cocina de clase.”
“Teníamos las mismas vacaciones que en la escuela nacional”.
Qué recuerdos tienes de tu maestro
Noto emoción y tristeza en su expresión, me siento intranquilo por haber formulado esta pregunta, tal vez le afecte y temo que esto le perjudique.
No fue así, sonriendo se dirige a mí con una expresión de alegría.
“A D. Amadeo le quería mucho. Era un señor orador, era un maestro de otra clase de maestros”.
“Era de Torrestío, un pueblo de las montañas de León. Todos los maestros eran de esas tierras ninguno zamorano”
“Muchas clases las daba al aire libre. Hicimos muchas excursiones, a los saltos de Ricobayo cuando se inauguraron, a Puente Quintos, al monasterio de Granja de Moreruela, Zamora la vieja…”
Acudió a su boda en Moreruela ya que se casó con una cuñada de su hermana. A los diez años le despidieron. Se trasladó como maestro interino a un pueblo cerca de Villalpando, permaneciendo un año .Después se colocó de contable en la central eléctrica de Aspariegos. Tuvo cuatro hijos. Perdió su pista hace muchos años.
Recuerdos de D. Paco (así llamaban en el pueblo al fundador)
Esta pregunta no estaba prevista en el cuestionario, ella me contó casi de forma confidencial una serie de aspectos relativos al fundador, que no vienen reflejados en ningún libro sobre la obra de Sierra Pambley.
Al parecer un hermano de D. Paco, allá en Hospital de Órbigo salió con un caballo, éste se espantó, derribó al jinete, falleciendo. Heredó las propiedades de D. Paco     un sobrino. Dos años después apareció un testamento en el cual se confirmaba que la herencia correspondía a la Fundación.
“Tenía una ganadería, muy grande en Requejo y Quintanilla, potril, ovejas, una yeguada elegante”
Recuerda que a las ovejas las llamaban merinas y  a los corderos borros.  El ganado practicaba la trashumancia hasta los pastos de las montañas de León.
“Cuando venía la vaquería de las montañas era una novedad, daba gusto ver tantos animales”
“Don Paco pasaba temporadas en una casa que tenía  para los guardeses que hay en Requejo”
“Don Paco a los de la Mata y el Raso les daba una hectárea de terreno para cultivar, era muy bueno. Murió en 1915”
Prestigio de la escuela
“Los de Santa Eulalia, Pozuelo  y  Moreruela se distinguían de la gente de otros pueblos que no sabían nada”, comenta Marina y reforzando esta opinión subraya “Cuando los de Santa Eulalia iban a Manganeses a moler el trigo, hacían las cuentas muy bien. Los de allí apenas sabían nada”.
“Toda mi familia, menos mi padres hemos ido a la escuela, mi marido, mis hermanos, mi suegro, mis hijos. Todos muy orgullosos”.


¿Qué hacías en la escuela?
Lecturas
Muchas cosas. No estudiamos por libros, sino por apuntes. El maestro nos explicaba la lección, la escribíamos y luego se la leíamos”.
Había unos libros básicos de lectura que eran el Conde Lucanor, Corazón de E. Amicis y Código moral.
“De la biblioteca podíamos sacar libros y llevarlos para casa, he leído muchos: Agustina de Aragón, Episodios Nacionales, Pizarro, Juana de Arco….”
“Las chicas cuando salíamos al recreo, nos dedicábamos a leer y cuando íbamos a casa, en el buen tiempo nos sentábamos en una pradera a leer”
Trabajos manuales
“Hicimos el pueblo español en cartulina. Figuras de barro, flores con hilos, qué se yo cuanto”
“No hacíamos labores de coser, pues el maestro no sabía”.
Materias de estudio
Fundamentalmente geografía, historia, ciencias naturales. Otras asignaturas como aritmética, lenguaje, etc. Hacían copias caligráficas.
La religión se ofrecía como materia optativa, pero nadie la elegía.
Exposiciones, teatro, recreos, condiciones de acceso, calificaciones etc.
Al final de curso hacían exposición de los trabajos escolares. Había representaciones de teatro, pero Marina no participaba, porque no le gustaba.
En los recreos los niños tenían turno distinto al de las niñas. Aunque convivían todos juntos en la misma clase, los pupitres estaban separados por sexo. El hecho de compartir la misma aula, constituyó un hecho insólito en aquella época.
Para entrar como alumno en el centro, se requería un examen previo de lectura, escritura, cálculo y conocimientos generales, respetando los números clausus asignados a cada municipio. La ratio era de 30 alumnos/aula.
Según Marina eran preferidos los niños de las Dehesas de Quintanilla, Pozuelo y Quintos. Aunque un poco complicado para trasladarse a Moreruela.
Al final de curso les entregaban a los alumnos las calificaciones Marina comenta “Sí, nos daban notas al final de curso, pero no servían para nada”. Quería  decir que no eran válidas o reconocidas oficialmente
Una travesura graciosa
Marina no habla de castigos al alumnado. El comportamiento de las niñas debía ser ejemplar, ni peleas, ni desorden, sólo estudio, obediencia. Me pregunto si realmente era así, alguna vez tenían que observar una conducta  revoltosa,  más escolar, ruidosa, con bromas típicas de su edad, aquella escuela se basaba en principios de libertad, alegría , actividad,  y esto se tiene que exteriorizar. 
Marina me sacó de dudas  contando  una travesura de niñas, con tal gracia y alegría que parecía disfrutar de los hechos como si hubieron ocurrido ayer
“Hacíamos nuestras averías. En  La huerta había una colmena y dijimos:
-¿por qué no la vamos a tirar? Fuimos y entres la tiraron.
Había una chica del molinero y con un palito me dio un trocito de miel. Un chico que estaba fuera nos vio y se lo dijo dueño. La que se armó.”
El dueño exigía el pago de la colmena porque al parecer se había roto.  Marina sostiene  que no la ha tirado, pero que sí probó la miel. El maestro se enteró de incidente, participó de las risas de las niñas, no dice que hubiera ningún tipo de castigo. Al final entre todas tuvieron que pagar la colmena.
Marina no cuenta la reacción de sus padres.

Compañeros del colegio
En esta parte de la entrevista Marina estaba más locuaz, emocionada por volver a recordar las camaradas de pupitre, con las que indudablemente compartió confidencias, alegrías, sinsabores, ilusiones. La nostalgia le invade, aunque sonríe, una constante en su carácter. No deja de pensar que de compañeras, solamente vive una de cien años (Araceli) que está en una residencia de Tábara.
Esto son  los nombres que me ha facilitado, tal vez  yo haya cometido algún error de transcripción


Santa Eulalia (niñas)
Nuria (la del molinero); Araceli (residencia de Tábara), Demetria, Maximina Guerrero y Marina Fernández
Santa  Eulalia (niños)
Vicente Fernández, Esteban Fincias. Eliseo y su hermano Elías.
Moreruela (niñas)
Celsa González,  Isabel Ferrero, Sarita Rojo, Catalina López y Pilar Martín.
Moreruela (niños)
Rodomiro Crespo (muerto en la contienda civil), Manuel Fernández, Isidoro y Lolo  (hijos del señor Andrés, fallecidos en la contienda civil) y Santiago Pozuelo.
 Pozuelo (niños)
Genuino López, Santiago Alonso Sepúlveda  y Ángel López
Final
La entrevista finaliza, siento que esto sea así. Escuchar a Marina es actualizar el pasado, recrear imágenes, sonidos, vivir una experiencia que ella ha sido capaz de transmitir y llenar de emoción una parcela entrañable de su dilatada vida para que en nuestra memoria perviva el regalo de sus recuerdos.
Como inspector de educación para mí hubiera sido un privilegio y un honor visitar el aula de las experiencias, el aula donde el alumno crea y el maestro observa, el aula donde Marina y sus compañeros aprendieron que lo más hermoso es aprender a vivir con los demás, a respetar y hacer felices a quienes te rodean.
El patio de los recreos, de las confidencias, fue un foro de  libertad en el que un  grupo de adolescentes escribió su experiencia escolar en el cuaderno de la vida, que  hoy Marina nos lo muestra para que los que hemos seguido su relato, sepamos valorar y comprender la gesta educativa de los  maestros y alumnos que llenaron de esplendor la escuela de Moreruela de Tábara.



Escuela de Moreruela de Tábara (Zamora)



Marina Fernández Santiago (1915)

Este trabajo ha sido publicado en el periódico  "La Opinión" (Zamora) el 11/10/2016